Chile vive duros momentos en materia hídrica. Más del 47% de la población rural no cuenta con abastecimiento formal de agua potable, más de un millón de personas que no cuentan con agua segura y suficiente, que nuestras cuencas se encuentran sobre otorgadas en casi tres veces promedio a nivel nacional, es decir, se ha entregado más agua que la que efectivamente existe. En la práctica hoy ninguna persona en Chile tiene garantizado el derecho de acceder a ella.
En esto ha jugado un rol crítico la vigencia de modelo de gestión diseñado para dar certeza a un “desarrollo” basado en la extracción intensiva de la naturaleza cuyo criterio para asignar el agua fue confiar en el mercado, permitiendo que algunos fueran “dueños” de ella que ha producido serias consecuencias y así lo demuestra la realidad hídrica del país: lugares que se secan día a día, condiciones metereológicas que irán empeorando conforme pase el tiempo y grandes empresas que concentran la propiedad, en directo desmedro de las personas y el medio ambiente. Esto, además de implicar una injusticia socioambiental inaceptable nos pone en peligro dado el contexto de amenaza climática y ecológica que se traducirá en aún mayor escasez hídrica, agudizando los problemas de disponibilidad de agua que ya se viven y sufren hoy. Creemos que resolver esto inicia por la redacción de una constitución que garantice y favorezca cambios en materia hídrica.
Como resultado de lo anterior, más de 120.000 personas ya se han sumado a la campaña Suelta El Agua, para que el agua sea un derecho y no un privilegio en manos de unos pocos. El pedido que hemos elaborado para usted y que están suscribiendo quienes usan esta plataforma está disponible en este enlace y se resume más abajo.